creyendo que la vida no es acaba
en un número,
sabiendo que mamá resucita con un abrazo
y me mata si me llora por teléfono.
Vuelvo al abrazo perfumado
de mis cachorritas,
vuelvo al vaso medio lleno
de un miércoles
con sorpresas.
Camino por concepción
de vuelta a mi colchón
cansado de no tenerme
y cuento cuantas veces
camine con mis padres
por este desierto
tan calmo.
- me sorprende, lo ciega y nimia que parece mi ciudad.-
Corro a repatriarme
siempre hace bien
tener que partir
para volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario