Porque ya no..

Porque ya no te escucho,
porque ya no te veo,
porque ya no te siento rodeándome
porque ya no cantas para mi
es que hoy necesito respuestas.

Porque hoy el sol cantó antes
es que necesito su calor.
Porque no se soñar
sin tus alas, es que las espero.

Porque no quiero correr sin ti
es que hoy rehuyo de tus palabras,
para no caer otra vez
al creerte conmigo.

Es porque hoy desperté
con ganas de ti
que me muero por no morir
si no estas cerca.

Creo que hoy que más que ayer
no se porque ya no te siento..

muy muy mal.

Con la precariedad que me abraza,
y que conoces, te busco
entre mis dedos que parecen
tan distraídos como yo.

Me acerco en el momento
que parece justo,
sólo para percatarme
que tu también buscas
mis sueños.

Como en un cielo inmenso
me siento cuando de mi boca
no brotan las palabras
que quisiera que no escuches,
pero sé, que en más
que otro tren, pareciera que las sientes.
Aunque de mi no las escuches volar.

Podemos naufragar en mi nube,
esta permitido
y nada de prohibiciones,
si te vuelves mi acompañante
de esas exhibiciones
a la que no acostumbramos a
resistir.

Ven, que aquí a mi lado
puedo pedir que contra pronósticos
juguemos a perdernos
en una sola melodía
que yo no conozco
pero si me permites te quiero enseñar.
Solo permitime
ser tu compañera de silencios,
de esos matutinos o uno vespertino.

Ven que precariamente
puedo evitar palabras o
estar aqui.
No puedo.
Me tienes.

Cantate.

Hoy, solo por hoy
te permito aparecer
hasta en mis canciones,
que misteriosamente
son ellas las que siempre
te traen aquí.
Sólo que hoy está permitido
que te hagas extrañar en una de ellas.
Cantate en mis melodías,
hazte hombre y risas,
sueños y abrazos,
besos y ternura
suavidad y cercanía,
hazte tu lo más próximo de mi,
y más claro que nosotros.
Se tú en mis canciones
que te buscan tanto como yo,
que te recuerdan tanto como mi memoria,
que juegan a que me quieres como juego yo
a que ya no te quiero.
Ven, que en una canción te espero.

sin mis miedos.

Si te atreves a cruzar el miedo,
te invito,
a mi nube, a mi cielo
que a veces espera por ti.
Si me permites cruzarlo contigo
te ofrezco palabras,
que solo digo en mis pensamientos
y que quizás gustarías de oír.
Si nos atrevemos a cruzar
a esas melodías que no conocemos
quizás pisemos tierra firme
en nuestro cielo.
Tal vez sea enero quien nos guarda
ese regocijo de tantas soledades
maltratadas y mal humoradas,
pero que promete colores nuevos.
Siempre que la culpa de no tenernos
nos ataca recuerdo lo que nos perdimos
cada día, cada momento.
Quizás si dejamos la cobardía para los hombres,
quizás conozcamos ese cielo
que aguarda primaveras eternas,
que demoran tanto y no llegan
pero cuando aparecen
dicen que no hay más otoños.
Quizás será hora buena de flores
y risas florecidas que sabes
pronunciar con mi nombre
cada vez que te remites a mis ojos.
Cada vez que intentas romper el silencio
que oculto, como oculto mi necesidad
de que seas tú,
quien ya no pida permiso a mi soledad
si no que se apodere de mis tiempos
Cada una de esas veces siento
que eres como mi noche
siempre recurrente y necesario.
Y te oculto entre palabras no pronunciadas,
para que no notes que en mi brutalidad
te quisiera un poco más cerca.
Podría pasar la noche agradeciendote,
muchos méritos para tan poca respuesta,
tu juegas a que juegas conmigo
solo para acortar caminos,
mientras que yo me congelo
alejándome,
implantando distancia (artificial)
para que no me descubras
en mi afán de tenerte aquí,
conmigo.
Y tal vez por ese miedo a que me descubras
en este momento de a poquito te esté perdiendo,
tan solo por querer ganarte;
pero nunca es tarde,
y esta vez aprendí a perder el miedo
de tenerte.
Mañana por la mañana
te pediré que me acompañes
por ésta noche a ver
si delato mi propio silencio
y por fin serás mio.
A ver si ya dejo de perderte,
y me dedico a quererte un poco más.

Hoy

Concepción se despierta
y yo hoy te extraño un poco más
y tu voz como siempre
me hace efecto,
me hace bien.

Vuelves, vuelvo, volvemos
a nuestras risas infantes,
a sueños de alcancía,
a calles sin personas,
y a creer.

A creer en que un destino,
cruza nuestros caminos
que da vueltas para llevarnos,
dejarnos ir y
volver a nuestro puente,
que une nuestros desvíos.

Pero porqué?
Somos un tanto poco naturales,
evitamos, nos evitamos
y sabemos que nos debemos
algo,
quizás solo sea un abrazo
o algo de contacto.

Para evitar(nos) no necesitamos
ser cínicos.
Y ocurre que siempre
llegamos al camino de retorno,
Hoy después de extrañarte
creo que también necesito
nuestros errores.
Y me atrevo a engañarte.

Ahora creo que ya se
cuando nos dejaremos
de desvíos, y volveremos
a nuestro sitio.
Saca tu pasaje, que aquí
la que conduce soy yo.
Y de paso me enseñas a bailar
que yo te espero,
hoy un poco porque lo mereces.

Creerte.

Son las 6 pm y no estoy
aquí para prometerte
que esta vez ganarás,
o ganaremos
ni para jurarte que no habrán errores.

Son las 10:55 y creo que te extraño
no se con que afán
ni que mentira nos vendimos
y si tu quizás también
me extrañarás algo.

Creo que ya se acabó el día
y muero, muero de miedo
no sé si son tus trucos
o yo me dejo convencer,
o quizás el olvido
contigo es un trabajo
que nunca logré concretar.

No sé si sera fácil esta vez,
si concurrirán los ángeles,
o la distancia se hará
irremediable una vez más.
No sé si pretendo
o me desengaño cada
vez que veo que el reloj se gasta
y tu no apareces por el corredor
al futuro esplendor.

No me hagas volver a la vida,
sin prometerme jardines de rosas,
no me hagas creer lo que no existe,
que por ahora
invierto palabras en ti,
que probablemente no lleguen a ti.

Hay tanto..

Hay tanto de mi que necesitas.
Hay tanto de ti que necesito.
Hay tan poco de ti que conozco
hay tanto de mi que crees,
hay tanto de ayer que sobra,
hay tanto de hoy que falta.
Hay complicidad,
y tanto que no hay tanto.
Hoy necesito un poco más
y no hay camino que me lleve a ti.
No hay distancia que me impida
quererte más.
No hay sueños en donde no estés.
Hoy te busco en la rima
donde escondo mis ganas,
de tenerte en frente,
y que me mires fingiendo
que quieres que me vaya.
Hoy sé que falta sensatez
y que querer más
de lo debido
puede provocar un lío de competencias.
Pero y que hago yo,
si necesito ese aire que me dan tus alas.
Hoy hay un poco de mi en ti
y un poco de ti en mi,
y aún necesito.
Mi complemento más imperfecto
de perfección.
No soy yo,
eres tú.

Un martes.

Te enamoras.
Siempre te enamoras,
de quien debes,
de quien gasta las horas por ti
y de quien se lleva
risas sin tu querer.

Te enamoras de lo que no ves,
de la piel,
del sabor a vencido.

Hablas con propiedad
como si no le temes
a la noche,
ni a los vientos
que mueven las ganas.

Juegas a perder,
cuando no quieres
ver como te ganan.

Te precipitas a la derrota
y no disfrutas de la brisa
que endulza tus sueños
pretéritos de tanto soñar.

Corres sin protección
frente a sus manos,
te dejas tocar con suspiros
que rememoran un ayer
tan lejano
como infundado.

Pero siempre, siempre
guardas la esperanza
de ser fiel a tu palabra,
de no volver.
De no sentirte ahí cuando
lo único que vez, es esa proximidad
que te pide disculpas
y que no quieres dejar ir.
Como si el cielo te pidiera
por favor que no te muevas,
para que no se escapen
esos versos de mi yo más tú.
Pero tú.
Tú coartas mis ganas,
cuando comentas mis inexactitudes
de un pasado bucanero y malgastado.

Yo sé que el siempre
une mi que se yo más rutinario
con tus por-dioses más iracundos
como si me reclamaras
nuestra pérdida.

Hay días que también una convicción
irrecurrente me promete
que volverás
a mis sueños una noche
pérdida de deseos,
pero llena de risas
por no devovlerte,
de ganas de un abrazo furtivo,
urdido en un martes que no conocemos.
Devuelveme lo que no sé conocer,
pero que muero por tener.

Te podría resucitar
si me lo permitieras.

A veces lo creo

Cruza el umbral de mis palabras,
que tanto cuestan que naveguen
hasta ti, pero que son solo tuyas.

Cruza la verdad de mis canciones
camino a casa, que son el lugar
más recurrente para encontrarme.

Hazme un lugar en la risa
que escondes,
en los sueños que no dejas fraguar.

Dame fe de que juegas a ser
mi mejor yo, con tantos sueños de ti.

Ven, vamos a cruzar juntos
la calle del adiós..
Vamos a llegar a nuestro centro
donde la risa no es condicionante
y juegas a que me haces mal.
Donde me llevas como
aves de siempre,
jugando a no ser tan felices,
por desesperados.

Por hoy déjame
ser tu compañera
de pensamientos.

Que el porvenir
nos puede reunir
en más de una canción.

Alitas

Con ese miedo que te da
el pintar la realidad
de colores que quizás no tiene
voy, vas, vamos
por los días
que no concluyen sin un no.
Corriendo por esos callejones
en que hay un limite
y un sin salida..
pero no siempre es así..
hay algunos que no terminan en una pared.
Ocurre que la realidad se tiñe de verdad
y yo de sueños,
de canciones,
de risas,
y de vidas,
pasadas sin recuerdos,
de mañanas bañadas de auge de hoy
y algo más.
Hoy voy a correr un poco más
para ver si me encuentro con la prisa
de no saber donde voy,
pero con las ganas de volver.
De volver a mi camino,
del que no debo salir,
y rehuyo sin saber.
Hoy me olvidaré del reloj
porque no hay limites
más precisos que la verdad,
y no comentemos de esto
que quien se entere
quizás nos culpe.
Vamos a cruzar el futuro
con colores que le pertenecen
y esta vez no vamos alterar
la verdad.
Cruzaremos al ayer con una sonrisa
pintada de arco iris verdaderos.
Ven, vamos..
que hoy es hoy.
Y yo me muero por volar con alitas propias.

Rícula, ilusa e increiblemente perdida.

Cantame si?
nunca esperé nada,
ni del sol ni de la sombra,
ni del campo que me captura,
ni del amar que me atrae.
No, sólo los necesité..
no les pedí que me dieran más,
sólo encontrarlos donde siempre.
Yo a ti si te pido,
quizás mucho,
quizás menos..
Sólo una canción,
ya sabes..
las que me gustan a mí..
las que cantan tanto o mejor que tú
la poesía..
la que vuela..
Esa.
Tú sabes cual..
si quieres no te miro..
pero dame una canción..
te tinca?
Yo prefiero tonos sol de invierno,
o tal vez un adorable puente?
mira mejor nos quedamos con
tu amor.
Porque no dejaremos un camino sin andar,
o el fin.
Mejor que no hay sombras, ni culpas
te puedo decir que no voy a esperar que
el destino hable por mi.
Solo ven,
que ya mi amor se hace cómplice
de mis ganas.
Y también un poquito de mis abrazos.
Seremos algo de nuestro a..
algo.

Giras o crees

Hablame de amor,
hablame sí;
de tu enamoramiento mío,
de las noches que quieres,
de los besos que ríen,
de las tardes de sol
que parecen cantos de mariposas.
Salgamos a la calle de los sueños
que rugen entre cortinas..
Ven que aquí..
en esta dirección..
solo hay dulces,
dulces melodías
que repiten que el sol
siempre está
y que la luna solo trae recuerdos..
Sabes que creo que la noche es para mirarte,
para perderme, perdernos..
en la peripecia de volar
y encontrarnos.
Pero no, no te puedo mentir..
yo siempre creí en que el cielo
no es sólo para ti.
Porque allí hay un poco de espacio
también para mí.
Y preguntale al señor de meteorología
él también lo dice..
Ves?
Siempre hay melodías
que nos reunen..
siempre aunque solo sea él sonido del gorrión.
Sólo te espero..
Entre ruiseñores y algo más.
No esperes que entre tanto
plante girasoles..

Como sí.

Ya compredí,
todo está porqué queremos.
No hay destinos,
ni cosas sobrenaturales.
También comprendí
que no hay más que lo que no se ve.
Y que las realidades paralelas,
que existen son un inconexos
desequilibrados..
que tarde, o media tarde o temprano
truncan el sol.
Y que no hay un más, un mejor,
un pronto,
ni un tal vez..
si no proyectamos un nosotros.
Y mientras tanto..
sabes que mi risa es nerviosa,
que me pierde,
y me encuentra entre paredes
que no sé.
Crees que mi luna es más blanca
desde mi noche?
Pues que de vez en cuando sólo intento
una noche sin tanto que perder,
y no una luna más fría y tenuemente blanca.
Tal vez en mi laberinto,
el corazón solo protege sus pertenencias
de quienes no saben
que hay más y menos de lo que tan solo sé.
Creo que mis caminos se equivocan
no porque quiera,
sino porque el solo
no siempre hace sombras,
si siempre refleja la luz.
No busques noches sin más
sol,
solo tengo para darte
mis abrazos que en sueños
ríen de tanto volar.
Sabes nunca creí en destinos,
sólo hoy creo que lo intenté ignorar.
Y me encontré como siempre
intentando contarte
canciones..
Y no me arrepiento.

Mierda!

dura todavía.

Parece primavera,
y no es una ironía.
No sé si es el aire,
o la brisa fría
la que hace que en mis oídos
se cuelen melodías
con aire a amor.
Que me hacen sentir
una perfecta estúpida
con alergia al romance.
No sé si será la noche,
o el noviembre que no abriga,
pero algo hace que las melodías pesen
y susurren mi noche de antes.
No sé si hay a quien culpar,
o a quien mendigar respuestas.
Ni a quien pedirle que me regale un mundo
o tan solo un cuento mal contado.

Olvidado

Es como un reencuentro con lo no debido,
con lo olvidado;
eso a lo que no intentamos echar mano.
Al recuerdo.
Para no ver que tanto olvidamos.
Ese camino tan predecible,
al pasado condenado y absurdo,
al olvido callejero
y sin tapujos ni restricciones.
Ese olvido que nos llama
para pedirnos disculpa
de lo olvidado que está.
Pero siempre reluce con
su mejor brillo de un no olvido
incubado.
Es como esa flor que parece muerta
pero que se llena de vida diariamente.
Es como todo buen camino abandonado
que nos conduce siempre
al final.
El seguro.
Que nos vuelve a la vida,
contándonos historias
que nos cansamos de no olvidar.
Pero el olvido de lo cierto
no debe ocurrir
y ahí está en lo último por revivir.
En el recóndito mundo de lo olvidado.