El sol en tu cara
y las arrugas se dejan ver
la tranquilidad del mar
augura el bien,
la noche oscura
permite indecisiones,
caprichos y confesiones turbulentas.
Esperas que trae esa noche
en que el San Juan no cumple
sus pedir-es-.
El reptil en el que no te haz convertido
te delata
y te permite jugar,
El corazón desvelado de esperar
te canta una vez más
y sigue en su afán de extrañar
la noche te vuelve a reunir
y a decepcionar.
El día te vuelve a iluminar
y a no creer.
A jugar y jugar bonito
Jugar y extrañar
el Bendito sol de invierno
que iluminaba tus soles,
que ya no se dejan ver.
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