te miro desde aquí
como te acomodas
en el sillón con tu libro
tan hojeado
y me pregunto
si será redundante
preguntarte lo que ya sé
o hacer una declaración
que no necesitas.
Me pongo de pie
y sin palabras
me invitas
a que me acomode
con tus sueños.
Mamá pregunta y responde.
El dulce esta listo
y nosotros tan azucarados.
El sillón ya parece eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario