Mi querida ciudad

En los ojos de Santiago
mi ciudad parece cualquier cosa,
menos lo que es.
Con ese aire cansado de esperar
que alguien recobre la normalidad
de sus calles,
espera ansiosa que el terremoto
no le halla llevado las ganas
de ser lo que era.
Aunque hay veces en que tiene mucho
de lo poco que me gusta,
prefiero su humildad
y su querer-poder,
sin ayudas.
Santiago no sabe lo que se pierde,
no sabe que el sur
es el mejor cobijo para delirar
y encontrar lo mejor de la vida.
La magia que no conocen.