sin querer.

Si hablamos de utopías en vano
seguro que gano el premio nobel
a la ingenuidad.

De lo predecible hice un monumento
de aquellos y el necesitar que seas
parte de mis horas o al menos
de parte de mis minutos incrementa
mis deseos de no disimular
que quiero más saber de ti
que volver a mi camino.

Ya sé siempre se errar y no fallo.
Y el cantar de los pájaros se vuelve tan pesado
como triste, cuando recuerdo
que sigo tras el paso de los errores.
Quizás si ya no vuelves
es por que mis ganas se delataron
y tu huyes de mi descontrol..
y yo vuelvo a no necesitar..
y a olvidar.

si no vas a volver no acuses de recibo.