La paz de la tarde, me hizo volar un poco más
porque estar sentados hablando de nada, creyendo en nada..
sin aferrarnos a nada, buscando solo una conversación, sin lógica alguna.
Nos hizo concluir que vivimos de expectativas y que siempre terminamos rompiéndolas
hasta con un vamos ahí? y un no de respuesta te decepciona.
Pero creerlo puritano, fue una decepción mayor - ya superada-.
Detenernos en unas sucias palomas y tratar de comprenderlas, me hizo meterme en tú mundo -tan realista y absurdo-.
Caminamos sin siquiera pensar en las agujas del reloj, y estuvimos hay mirando
el movimiento de los brazos de la gente, pensando en cosas verosímiles, alternativas.
Yo no me aburro de conversar contigo, le admití, y no me decepcionas porque se como eres.
Tu amabilidad me supera, tus preguntas son rarezas pero no menos importantes.
Tus temas de conversaciones son tan absurdos que mantienen la voluntad de responder aunque sea con una risa.
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