No es el momento ni el lugar indicado
para volverse loco con palabras
que no son consuelo
ni profesias.
No es hora para desperdiciar minutos
escribiendo y menos soñando.
No es tiempo de gastar el reloj
y sentir que pierdo vida,
no dando todo de mi
por darme por vencida antes.
Pero es que hoy más que siempre
falta algo que me aliente.
Que me trascienda,
y me lleve donde quiero realmente ir.
Me faltas tu, quizás.
Que me abarque en sus olas
y me acaricie en tardes poco productivas.
Donde no queda más que ver
como el reloj se cansa de dar la hora.
Y yo sin pretensiones de seguir
leyendo una letra tan chica,
y mientras el martes como avalancha
se acerca
sin dejarme respirar con culpa inculposa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario