Mi María,
me enseñó a ser y a no ser,
a hacer y a no hacer.
Fue mi hostal en mi camino,
mi risa y mi compañía,
mi diseñadora de moda,
y mi maestra de cocina.
Volamos juntas a donde podíamos
y donde no.
Un día te dejé partir,
te fuiste sin mi,
y dejamos de ser nosotras en está tierra.
Pero no lo creas no todo es tan sencillo,
tu sigues en mi como nunca,
lo sabes.
Me ves según dicen,
yo no te abandono,
y sé que tu tampoco.
Eras, eres y serás
Mi Welli querida.
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