Ahí

No somos victimas,
ni de ti ni de mi, ni de
ningún rastro de nosotros.
Somos hijos de las circunstancias,
de hoy, mañana y pasado,
de lo que dejamos de hacer
y de lo que por costumbre
realizamos.
Somos lo que somos
y no hay más que ver
que lo que
en el brillo de los ojos hay.
No hay mentiras que vivan tras las pupilas,
si sabes ser detector de mentiras
entonces eres buen vidente.
Las circunstancias son validos
tramites que nos confunden
el andar y nos sacan del camino apropiado,
del que queremos
y no sabemos ver.
Adueñándonos del que no conocemos
y no nos pertenece.
Las circunstancias son limites
cuando las sabemos apreciar,
no cuando son excusas
para dejar de ser nosotros
y volvernos
rastros de ellos,
despojados a más no poder
por ser lo que nos piden
y no lo que queremos o no.